Historia de la pornografía

18.06.2014 15:46

  La pornografía consiste en la exhibición de contenidos sexuales en forma obscena con la intención de excitar o promover la lujuria en el hombre o en la mujer. La pornografía es aquella actividad que recurre a materiales, imágenes o reproducciones de actos sexuales, con el objetivo de estimular o provocar la excitación de quien lo recibe y se manifiesta de diferentes maneras desde un video una película o hasta una revista. Moderadamente se entiende por pornografía a un conjunto de materiales, imágenes o reproducciones de la realización de actos sexuales con el fin de provocar la excitación sexual del receptor, la pornografía no es un arte ni tampoco mero erotismo. La pornografía es cruda exhibición de genitales y actos sexuales de toda índole donde abundan las imágenes sadomasoquistas , la pedofilia y otras aberraciones individuales o en grupo, es una industria millonaria, prima hermana de la prostitución que vende sexo cosificando y envileciendo al hombre y a la mujer, es explotación ruin de los seres humanos y sobre todo de la mujer , los artistas se sentirían posiblemente ofendidos ante la pretensión de elevar la pornografía a la categoría de arte o estética, la pornografía es más bien negación del arte y del amor, en efecto la pornografía es una actividad comercial que deforma, enferma y empobrece la mente humana tambien constituye una forma de desahogar la represión sexual, manifestándola como un rechazo del erotismo humano en el cuerpo, reduciéndolo a un mero objeto sexual. Es la exhibición de contenidos sexuales, con la intención de estimular o provocar la lujuria. Sus principales consumidores son hombres, quienes, a diferencia de las mujeres, se excitan visualmente. Existen diferentes formas de distribución de contenidos pornográficos: revistas para adultos, videos, cds, televisión y la “cyberpornografía”, que crece desmesuradamente. Diversas imágenes y películas de pornografía dura, chats en línea y aun actos sexuales en vivo pueden bajarse y ser vistos por prácticamente cualquier persona, a través de Internet. La sexualidad humana es mucho más que lo que exhibe la pornografía. Ella incluye la intimidad, el sexo, el placer y hasta la reproducción, expresándose mediante fantasías, deseos, pensamientos y vínculos sexuales. Hace uso de lo erótico por medio del lenguaje de sugestión y seducción, con un sinfín de conductas que dependen de la cultura donde se vive. Resulta necesario, entonces, distinguir entre pornografía y erotismo. Si bien, para algunos, la primera “muestra” y el segundo “sugiere”, el erotismo, sin dudas, permite valorar el cuerpo humano en su dimensión estética, sin devaluarlo a objeto de uso sexual. El erotismo es propio del amor, y la pornografía del comercio del sexo. Muchos son los que tratan de colocar a la pornografía a la altura de un arte, estimándola como una apertura de la sexualidad humana. Es todo lo contrario. Se define más por una desvalorización de la sexualidad como don, volviéndola mercadería en esta sociedad “espectacularizada, al servicio de una industria que no tiene en cuenta la dignidad del hombre. Si continúa la demanda es porque alguien la consume. Tal vez, para que esto dejara de ocurrir, la sociedad debería reconfigurar la manera de entender y vivir la sexualidad. Colaborando desde todas las instituciones: familia, escuela, Iglesia, con el fin de ayudar a crecer y educar en una sexualidad sana, sin represiones y, por sobre todo, sin libertinajes. Aprendiendo de los errores vividos podremos cambiar la historia.